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Cuando los chiringuitos eran desmontables

Hubo un tiempo en que los chiringuitos se montaban de cero con cada nuevo año. Se acercaba el buen tiempo, empezaba la nueva temporada y mediante varias cargas en camión, se trasladaban los pilares, las paredes, techos, cocinas completas y por supuesto, mobiliario para poder ofrecer los mejores servicios de hostelería a un público que cada vez más, disfrutaba de las deseadas y esperadas vacaciones de verano. Con el final de la primavera, con esos rayos de sol que en nuestra costa son ya tan frecuentes por esas fechas, las familias se trasladaban a la playa, para construir sobre la misma arena, sus negocios con sus propis manos (nunca mejor dicho). La gran mayoría de los establecimientos españoles, como los de la playa de la Barceloneta, desaparecieron entre la entrada en vigor de la Ley de Costas de 1992, otros, simplemente se alejaron de las arenas de las playas para empezar a construirse de manera definitiva sobre los paseos marítimos de estas ciudades costeras. En Torremolinos, se optó por esta opción. Todo Restaurante o Chiringuito de la zona, debía estar construído o bien sobre el paseo marítimo, o lo más pegado a él. Por lo que se permite que éstos primeros locales estén posados sobre la arena de la playa, pero nunca sobrepasando los cinco metros de playa y estando pegados por completo al paseo marítimo que le acompaña. El Chiringuito Los Leones no es una excepción, y acogiéndose a las normativas que iban surgiendo, acabó por construir su negocio en el paseo de la Carihuela. Pero hubo un tiempo, y no muy lejano, en que cada verano había que montar el chiringuito y una vez acabada la temporada, volver a retirarlo a la espera de otro fin de primavera.


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